Callecita florida, callecita serena,
te recorro con mi vista y con
pasos trémulos me dirijo hacia el fondo,
ahí donde el camino dobla
y se pirde para el que observa
con los ojos del cuerpo,
no así para los del alma
que están, sugestivamente, invitados
a seguir y perderse en los
abismos de la imaginación...
¿Qué se esconderá al doblar la calle?
¿Qué habrá al final del camino?
Qué cada uno lo vea
por sí mismo...
Inés
... allí, por donde mis ojos se detienen
ResponderBorrarpero mi alma sigue
puedo sentir el viento
puedo percibir el dulce aroma de las flores
una niña con los brazos extentidos
girando alegremente entre ellas
llenandola de dicha y gozo
conmoviendome para siempre.