viernes, 8 de octubre de 2010

EL ARCOIRIS DE GAIA

Se dice que en tiempos remotos  en el cielo no se distinguían mas que el día y la noche, no existían ni las nubes ni la lluvia, solo el sol, la luna y las estrellas.
El hombre aún estaba en contacto con la tierra que lo rodeaba, por lo que conservaba su espiritualidad y respeto hacia Gaia.
En esa hermosa época hubo un aprendiz de mago que había desertado de sus prácticas místicas cuando su mentor, el último de los grandes maestros hechiceros, murió de anciano en los bosques donde vivía.
 Este joven e inexperto aprendiz se dedico a vagar por lejanas tierras para conocer un poco mas del mundo que lo rodeaba.
 Al poco tiempo conoció el amor y abandonó sus viajes quedándose en un pequeño pueblo junto a su amada quien le enseño el oficio de su familla permitiéndole tener una vida estable y feliz.
Pero lamentablemente es sabido por todos que la felicidad eterna no existe en este mundo y todo debe tener un lado bueno y uno malo para mantener un balance y que Gaia lo acepte dentro de ella,  así fue que para no quebrantar ese equilibrio natural Gaia le quitó su felicidad arrebatándole a su hermosa y adorada esposa.
Mientras tanto el joven aprendiz volvía del mercado donde le había comprado un hermoso vestido a su amada con la esperanza de que sea de su agrado, cuando llego a su morada se perturbó al no encontrarla por ningún lado, hasta que la vio no muy lejos, en el trigal, tendida en el suelo y cubierta de sangre. Sin pensarlo un solo segundo se dirigió corriendo a ella, aún estaba consiente, en su esfuerzo por contar lo sucedido solo una palabra pudo salir de sus dulces labios ”Gaia”. El joven la abrazó fuertemente en un intento inútil de mantenerla a su lado, ya era tarde, pronto la tibieza de la sangre que la cubría comenzó a sucumbir ante la helada caricia de hades dejando solamente un cuerpo sin vida.
Es imposible describir el dolor que sintió, o la pena, la angustia y la rabia que se albergaron en su corazón. Luego de varios días postrado en su cama decidió retomar los hábitos que había dejado atrás cuando se entrego al amor, se levantó  y emprendió nuevamente su viaje por el mundo mientras estudiaba los escritos que su mentor le había legado. No tuvieron que pasar muchos años para que se convirtiera en un gran mago y obtuviera habilidades más grandes que las de su antiguo maestro.
Ya no quedaba más nada que aprender de aquel arte , incluso las prácticas  oscuras a las cuales obtuvo acceso en uno de sus viajes. Tampoco tenía a donde viajar puesto que ya lo había recorrido todo y de nada le serviría volver a ninguno de esos lugares, ya no había nada que lo distrajera de ese agujero en su corazón que lo consumía paulatinamente, que se alimentaba de él como un parásito que lo mantenía en pie solo para seguir alimentándose. Poco a poco lo fue consumiendo, ya no quedaba nada de su moral, ni cordura. Ese pobre hombre no era más que un simple títere sin alma manejado por ese inmenso dolor y vacío que llevaba dentro.
Impulsado por su dolor uso todas sus habilidades mágicas para romper el lazo de la humanidad con Gaia creyendo ciegamente que evitaría que sufra más gente por su causa. A pesar de ser solo un mortal bien instruido en las artes mágicas logró su cometido y la humanidad dejo de creer, dejo de lado a Gaia, comenzó a arrasar sus bosques para ampliar sus ciudades, lentamente fue olvidando la lengua de Gaia y comenzó a dividirse en nuevas lenguas, en unos pocos años Gaia habría desaparecido de la percepción del hombre sin dejar huella alguna.
Luego de tan grande hazaña el mago perdió todas sus fuerzas y murió dejando escapar todo ese dolor y sufrimiento que tenia dentro de él. Una sombra gris y negra que brotaba de su pecho se elevo al cielo cubriéndolo totalmente, las personas se desconcertaron al ver al sol opacado por algo de aspecto tan maléfico y lo llamaron ¨ nube ¨.
La nube se movía por todos los lugares que el mago alguna ves visito mientras dejaba caer las lagrimas que siempre escondió dentro de ella. A esas lagrimas las llamaron lluvia, y a pesar de que la presencia de la nube no duraba mas que unos pocos días en un lugar, el rastro que esta dejaba se hacia notar.
No importa que tan fuerte brillara el sol, que tan bello cantaran las aves ni cuan hermoso fuera el paisaje, la  tristeza que el mago sintió alguna vez fue tan grande que donde caía la lluvia sembraba la misma angustia y depresión en los mortales que la padecían.
Gaia no podía concebir tan tremenda ruptura del equilibrio en las cosas, todo  se deprimía al paso de la nube, finalmente comprendió su error pero
 nada podía revertirlo ya.
Fue así que cortó el último hilo que la unía espiritualmente al hombre para entregar las 7 cosas más hermosas de su esencia: amor, esperanza, tolerancia, fraternidad, belleza, alegría  y paz. Esas siete cosas se manifestaron como preciosos rayos de luz, cada uno con un color distinto, a esta bella manifestación de Gaia se la llamo arco iris, en un último suspiro Gaia creo un lazo indestructible entre la nube y el arco iris, obligando a la nube a arrastrarlo detrás de ella.
 Desde ese día siempre que llueve y la tristeza inunda nuestros corazones Gaia libera su arco iris y nos trae nuevamente el alivio.
Ya nadie la recuerda como Gaia ni siente su presencia siquiera debido a la acción del mago y el sacrificio que ella hizo, sin embargo ella aun vive, su esencia palpita en el corazón de la tierra, en la mirada de los animales, en el viento, el agua y las plantas. Aun sigue latente en la poca naturaleza que nos queda manteniendo el balance natural de las cosas.

                                                                                                                                   Gustavo

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