Si te gusta el durazno...
Les voy a contar la historia de como fue que Raúl murió y todos dijimos "muerto el perro se acabó la rabia".
Él era un buen amigo, más o menos. En realidad no era muy bueno, pero más vale malo conocido que bueno por conocer. Hacía poco le habían regalado un auto: era un fitito. Al verlo, triste pensó "no todo lo que brilla es oro", al mismo tiempo que yo le dije "a caballo regalado no se le miran los dientes".
Cuando fuimos a estrenarlo pensamos que todo tiempo pasado fue mejor, hasta que él dijo "lo pasado, pisado".
El día de su muerte se despertó muy temprano con la convicción de que al que madruga Dios lo ayuda. Pero bueno, no hay mal que por bien no venga: la familia cobró una buena indemnización.
Esa mañana se bañó, tomó el desayuno y se vistió elegantemente. Nunca supo que aunque la mona se vista de seda mona queda, y yo no le quise sacar la ilusión...
Al terminar los quehaceres matinales, tomó su maletín y anunció a viva voz "listo el pollo pelada la gallina", ¡pobre Raúl!, esas serían sus últimas palabras. Dicen que con el tiempo maduran las uvas, pero él no tuvo ese tiempo.
Supongo que aquella mañana, como muchas otras, Raúl habrá pensado que "más vale pájaro en mano que cien volando" al ver su fitito rosado estacionado en la vereda.
A él le gustaba la velocidad, y aunque sepamos que los fititos no son muy rápidos, alcanzan para matarse.
El forense lo primero que dijo al acercarse a la familia fue "si te gusta el durazno, bancate la peluza".
Fin
Escrito por
Monrroy, Ezequiel
Paggiola, Emmanuel
Pignalberi, Jesica
Viñas, Gustavo
CHICOS, ESTÁ ESPECTACULAR. ME ENCANTÓ, QUE ORGULLO ME DA SER SU PROFE...
ResponderBorrarInés
ahhh... que lindaaa ♥ jaja
ResponderBorrar